Todos tenemos una capacidad creativa natural, debemos luchar contra lo que la obstaculiza, bloquea o desvaloriza. Se trata de poder liberar lo espontáneo e improvisad
o, en la vida y en el arte. A partir de ese momento se nos abren enormes territorios para recorrer.
Igor Stravinsky ponía a la misma altura el crecimiento físico y el crecimiento espiritual, humano:
"el acto mismo de escribir mi obra en el papel, de hacer la masa, como solemos decir, es para mí inseparable del placer de la creación. Por lo que me concierne, no puedo separar el esfuerzo espiritual del esfuerzo físico; me enfrentan en el mismo nivel y no presentan una jerarquía."
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